Las enfermedades articulares, como la artritis, artritis remautoidea y la artrosis, son dolencias que poseen generalmente un curso degenerativo y son crónicas, presentan síntomas generales como dolor, limitación en el arco de movimiento, deformidades y afección en la capacidad funcional de la persona.
El objetivo desde la terapia ocupacional es combatir los efectos debilitantes de la enfermedad y mantener la funcionalidad máxima para la independencia, esto se consigue: impartiendo conocimientos acerca de la enfermedad, evitando las deformidades articulares y manteniendo el movimiento articular.
















La intervención desde la terapia ocupacional abarca:
  • Uso de dispositivos de asistencia: diseño y confección de ayudas técnicas que facilitan la ejecución de las AVD, aumentando la funcionalidad y protegiendo las articulaciones afectadas, .
  • Uso de equipos adaptados: las férulas contribuyen a la alineación de los músculos, tendones y huesos.
  • Conservación de energía: análisis de la actividad, graduación y adaptación de la misma, ayuda a la ejecución de las AVD. uso equilibrado entre actividad y reposo.
  • Protección articular: uso de técnicas para evitar lesiones en las articulaciones afectadas.
  • Limitación en la coordinación motora fina y gruesa: ejercicios de movilidad activa y pasiva, uso de broches, elásticos, velcros o abrojos, aros, palos, etc.














La presencia del terapeuta ocupacional desde el inicio de la enfermedad posibilita el abordaje desde el enfoque preventivo, evitando la aparición de deformidades, reduciendo el dolor y conservando el arco de movimiento articular. Cuando la enfermedad está avanzada el enfoque se centra en mantener la funcionalidad y restaurar los niveles de habilidad del paciente.

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